Abuelas de Plaza de Mayo confirman que encontraron al nieto 133 “apropiado” durante la dictadura

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La organización Abuelas de la Plaza de Mayo hizo público en Buenos Aires el hallazgo y la restitución de la identidad del nieto 133 apropiado durante la dictadura militar en Argentina.

Es hijo de Cristina Navajas, desaparecida desde 1976, y Julio Santucho; nieto de la abuela Nélida Navajas, exsecretaria de la organización y fallecida en 2012, y hermano de Miguel Tano Santucho, también miembro de la organización de derechos humanos.

El nieto restituido, cuyo nombre aún no fue dado a conocer, tiene dos hijos. Fue informado de su identidad el 26 de julio pasado por la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) y ya se reunió con su padre y sus hermanos, Miguel y Camilo.

Según la reconstrucción de su historia, aún no había nacido cuando su madre fue desaparecida el 13 de julio de 1976 por una patota [grupo, pandilla] del Ejército del Gobierno militar de facto, recordó Página 12.

Cristina Navajas nació en 1949 en la ciudad de Buenos Aires. Tenía 26 años al momento de su secuestro, era maestra y estudiante de Sociología en la Universidad Católica Argentina (UCA).

En esa universidad conoció a Julio Santucho, séptimo hijo de una familia de 10 hermanos y cuyo miembro más reconocido fue Mario Roberto Santucho, un dirigente clave del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), tío del ahora nieto recuperado núnero 133.

Mario Santucho murió en 1976, en un enfrentamiento cuando un grupo militar rodeó el domicilio en el que se encontraba junto con otros líderes del PRT-ERP. Sus restos fueron desaparecidos.

Su hermano Julio César (padre del nieto 133 y quien también estuvo presente en la conferencia de prensa de este viernes) había sido pupilo de un colegio católico y luego seminarista para ser sacerdote. Pero cuando conoció a Julia en la UCA abandonó esa vocación.

Julio y Cristina, militantes del PRT, tuvieron dos hijos, que estuvieron presentes en el momento en que su madre fue secuestrada de la casa de su cuñada, Manuela, en la calle Warnes 735, donde se encontraba de casualidad junto a otra compañera de la organización, Alicia Raquel D´Ambra. En ese momento, Cristina llevaba en su vientre el tercer hijo.

En la conferencia de prensa donde se dio la noticia este viernes estuvo presente Miguel Santucho, uno de los tres hijos de Cristina Navajas y Julio César Santucho, quien desde hace años buscaba a su hermano.

“Esta búsqueda no se puede sostener sin el acompañamiento de todos. Siempre tuve varios brazos sosteniéndome. Eso fue muy importante. Mi pensamiento hoy es para mis hermanos y hermanas que siguen buscando. Les deseo que les pase a todos lo que me toca a mí”, dijo Miguel Santucho.

“Tengo sobrinos nuevos. La familia se amplió por lo menos con tres personas: un hermano y dos sobrinos”, declaró.

El nieto recuperado se reencontró este mismo viernes con su familia, poco antes de celebrarse la rueda de prensa en la que no participó. Anteriormente, los hermanos se habían conocido por una videollamada.

“Él expresó el deseo de conocernos. Estaba contento y sorprendido. La magnitud de eso que encontró le va a llevar tiempo elaborarlo”, contó Miguel Santucho.

“No puedo dejar de decirles que es hermoso, es un chico hermoso. Lo conocemos hoy y lo que le espera lo sabe. Tengo la sensación de haber encontrado a un ser luminoso. El abrazo que nos dimos es para siempre”, agregó.

“Es uno de los momentos más luminosos de nuestra vida, lo esperé tanto que me cuesta creerlo. Mi primer pensamiento fue y va a ser para mi mamá y mi abuela, que siguen viviendo en mí”, dijo Miguel Tano Santucho, hermano del nieto restituido, durante la conferencia encabezada por Estela de Carlotto y el secretario argentino de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla.

“No tengo dudas de que vamos a estar juntos el resto de nuestras vidas. Nos buscamos, nos quisimos encontrar y el abrazo que nos dimos es para siempre”, añadió.

Por su parte, Julio César Santucho, tan emocionado como su hijo Miguel, declaró que “es una victoria de la democracia y una derrota de la dictadura, porque ellos nos querían quitar a los hijos y los estamos recuperando”.

Según lo informado, el hombre cuyo identidad acaba de ser restituida (su nombre e identidad actuales no han sido divulgados) se acercó de manera espontánea a Abuelas de Plaza de Mayo, cuando sospechó de sus orígenes. Eso ocurrió hace unos cinco años.

De acuerdo con los informes, su apropiador siempre aseguró haber sido su padre biológico. Pero él siguió abriéndose camino hacia la verdad. Luego de contactar a las Abuelas, siguió todos los pasos del proceso en la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi), el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) y la Unidad Especializada para Casos de Apropiación de Niños durante el Terrorismo de Estado (Uficante).

La noticia de que era hijo de Cristina Navajas y Julio Santucho le fue comunicada hace dos días atrás, el 26 de julio. Inmediatamente, quiso hacer contacto con su familia y se comunicó con su hermano Miguel, el Tano.

Había sido apropiado por una pareja formada por un militar y una enfermera que tenían ya una hija 20 años mayor, indicaron las Abuelas.

Fue la hija de esa pareja quien le informó hace unos cinco años que ellos en realidad no eran sus padres. Las Abuelas no comunicaron detalles sobre dónde vive actualmente el nieto recuperado, ni si los apropiadores siguen vivos.

El hallazgo del nieto 133 ocurre luego de la muerte en 2012 de su abuela Nélida Gómez de Navajas, quien fue secretaria de la organización.

La dictadura argentina (1976-83) dejó unos 30 000 desaparecidos, según recuentos de organismos de derechos humanos. Abuelas de Plaza de Mayo sigue buscando a unos 300 nietos nacidos y apropiados por otros durante el cautiverio de sus madres.

La historia

Cristina Navajas, militante del PRT-ERP, fue secuestrada cuando tenía dos meses de embarazo, el 13 de julio de 1976, junto con su cuñada Manuela Santucho y Alicia Raquel D’Ambra.

Testimonios de sobrevivientes indican que fue llevada a diversos centros clandestinos de detención, primero a Coordinación Federal y luego al centro clandestino de detención Automotores Orletti, donde fue torturada junto con sus compañeras. Sus captores la trasladaron luego a Protobanco y estuvo allí hasta diciembre de 1976.

Según la historia, publicada en Página 12, sus compañeras de cautiverio contaron que durante su secuestro ella se identificó ante los represores con la determinación de dejar clara cuál era su condición y su voluntad de tener a su hijo: “Soy Cristina Navajas, militante del PRT y estoy embarazada”.

Más tarde, fue llevada al Pozo de Banfield. Mientras tanto, su madre, Nélida, comenzó su incansable búsqueda. Llegó hasta Italia, donde estaba Julio, e inició con él una serie de denuncias sobre lo que ocurría en la Argentina.

Julio había querido volver al país cuando se enteró de que Cristina había sido secuestrada pero, según contó, las autoridades del partido se lo impidieron. “Otro Santucho más no vamos a perder”, le dijeron. Por esos días, su familia ya había sido diezmada por la represión de Estado.

Entre secuestrados, asesinados y desaparecidos, los Santucho perdieron a casi una veintena de sus familiares.

Cuando Julio por fin pudo reencontrarse con sus hijos en Europa, porque fueron llevados por miembros de la organización, les dijo que su madre “había sido llevada por los militares”.

“Ellos pensaban que ella los había abandonado. Yo preferí decirles que habían perdido a su mamá por culpa de los militares”, narró y añadió que luego comenzó con Nélida la búsqueda de Cristina y el hijo que estaba en su vientre.

Este viernes, en la rueda de prensa, Miguel contó que su hermano se parece mucho a él y declinó dar más información hasta tanto se asiente todo el proceso que implica una restitución de identidad. Celebró que ambos comparten la misma pasión futbolera: “Es bostero [hincha de Boca Juniors], como yo”.

Su padre, Julio, añadió que su hijo parece tener “un carácter firme y fuerte, más que el mío”. Comentó que habló con él y que le manifestó el deseo de conocer a su familia biológica.

“Estaba sorprendido de la magnitud de lo que encontró”, bromeó Miguel en alusión a la amplísima cantidad de integrantes que tiene la familia Santucho. “Tengo la sensación de haber encontrado un ser luminoso, especial”, con el que “nos buscamos y nos quisimos encontrar”, concluyó.

(Con información de Página 12 y AFP)

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