Cuba y Patria
Este 14 de marzo se cumplen 129 años de la fundación de su periódico Patria, que desde su primera salida, el Apóstol calificara con esta sentencia: «Eso es Patria en la prensa. Es un soldado»
Como expresara el Dr. Eusebio Leal Spengler, los símbolos distintivos de una nación son la expresión genuina de sus raíces, de su cultura e historia. Forman parte indisoluble de aquello que desde el concepto de identidad y significados compartidos ha sido caracterizado por algunos teóricos de las ciencias sociales, como conciencia de mismidad.
Definición fraseológica que demarca diferencias obligadas en el entramado sociocultural y que al mismo tiempo, implica intereses comunes de quienes han compartido habitus y prácticas culturales; todo lo que remite a un conjunto de rasgos que tipifican procesos de formación y consolidación de etnias o nacionalidades, en nuestro caso, lo que el Dr. Eduardo Torres-Cuevas ha fundamentado como cubanidad.
En Cuba, esa conciencia de mismidad comenzó a gestarse desde el primer cuarto del siglo XIX a partir de un proceso de reconocimiento que se inició con lo poético, literario y discursivo —en particular, con la lírica civil y patriótica de José María Heredia— y que transitó por etapas posteriores para fraguar en el pensamiento filosófico y didáctico de Félix Varela, y pedagógico, de José de la Luz y Caballero y Rafael María de Mendive.
Los preceptos científicos de Varela, referentes a que el conocimiento y la enseñanza deberían alcanzarse mediante los sentidos; a la importancia del contacto con la naturaleza y a que la ciencia se debería sustentar en la experimentación y no en las palabras, con el empleo de lenguaje claro y accesible, representaron un rompimiento con el hasta entonces tradicional método y educación escolásticos.
Historiográficamente, la fundación en Filadelfia, en 1824, de su periódico El Habanero constituye hito en lo concerniente a su definición ideológica, para esa fecha, de marcada tendencia independentista tal y como ha sido analizado por los investigadores Enrique Gay-Calvó y Emilio Roig de Leuchsenring en su estudio Tres conceptos básicos en la ideología política de Varela.
La continuidad y forja del pensamiento radicalmente independista —tanto desde el ejercicio de la oratoria como del periodismo— le pertenece a José Martí. Cuba y Patria son dos fundamentos éticos de dignidad soberana presentes en toda su producción literaria, desde su pieza teatral Abdala hasta la consolidada y erudita ensayística de Madre América y Nuestra América; expresión, el primero, de indiscutible universalidad y elegancia literaria y el segundo, de sostenida vigencia geográfica hasta el presente.
Su periodismo tiene como significante una riqueza que lo singulariza en lo estilístico; pero también en lo temático. Su poder de convocatoria se hizo presente en el dominio del discurso oral y escrito, todo lo que se revela con preponderancia distintiva cuando se indaga en lo que estos representaron para la Tregua Fecunda y posteriormente, para la Guerra Necesaria que alcanzó su descuelle en los múltiples estallidos insurreccionales ocurridos en Cuba el 24 de febrero de 1895.
Este 14 de marzo se cumplen 129 años de la fundación de su periódico Patria, que desde su primera salida, el Apóstol calificara con esta sentencia: «Eso es Patria en la prensa. Es un soldado».
La incansable labor de Martí para la unión y reconciliación de los cubanos no admite tergiversación de su significado patriótico y simbólico. Con su apasionada palabra y sobre todo, con la humildad de su inmaculado ejemplo, atenuó desalientos y purificó las diferencias de pensamientos y corrientes ideológicas surgidas o heredadas de una etapa convulsa y progresiva de formación de la nacionalidad cubana.