EEUU pretende la “exclusividad” de otro millón de kilómetros cuadrados en áreas marítimas y oceánicas

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Siempre queda espacio para el asombro. El martes 19 de diciembre de 2023, el Departamento de Estado de Estados Unidos anunció la “exclusividad”, o quizás mejor decir “anexión”, de un millón de kilómetros cuadrados, más allá de las 200 millas de la costa, en lo que es conocido como “plataforma continental extendida” o ECS por sus siglas en inglés.

El tema de los recursos es de permanente trascendencia geopolítica. Por ello creo que es importante una acotación al respecto, relacionándolo tanto con el anuncio de marras, como con el conflicto de Taiwán o el de Ucrania, y de como, más allá de la estrategia dirigida a avasallar a Rusia y China y convertirlas en potencias de segunda categoría y de olímpicamente ignorar al resto del planeta, ese asunto desempeña también un importante (si no primordial) papel en fomentar pugnas tan graves que pueden conducir al fin de la humanidad. Es el epítome del intento por legalizar un mundo unipolar.

Conocemos de las considerables riquezas de Ucrania, entre ellas una amplia variedad de recursos energéticos, minerales metálicos y no metálicos, aproximadamente el 5% de los recursos del mundo, con más de 20 000 depósitos de 194 minerales. Posee una de las principales reservas mundiales de manganeso, hierro y materias primas no metálicas.

La inversión para el estudio y la exploración de estos recursos, su puesta en producción y la infraestructura vial, ferroviaria, energética, portuaria, oleoductos, gasoductos, etc., fue hecha durante la época soviética a un costo estimado en cientos de miles de millones de dólares. El conflicto en Ucrania, además de sus clarísimas connotaciones estratégicas, tiene también que ver con las intenciones de Occidente (encabezado por EE.UU.) de apoderarse de tales riquezas. La Casa Blanca está muy bien enterada de ello, ya que Hunter Biden, hijo del presidente actual, ha sido uno de los principales depredadores de tales recursos (a través de la empresa gasífera Burisma) en la patria de Tarás Shevchenko.

A tenor del palpable agravamiento del conflicto entre Estados Unidos y China respecto a la región separatista china de Taiwán, es preciso ver este conflicto en consonancia con los recursos del Océano Pacifico. Es un océano de enfrentamientos y deterioro ecológico. A pesar de su enorme tamaño (3 380 000 kilómetros cuadrados), el Mar de China Meridional se ha convertido en un microcosmos de las tensiones geopolíticas entre Oriente y Occidente, donde las luchas territoriales por abundantes recursos naturales pueden algún día conducir a la guerra y/o al colapso ambiental.

Esto se extiende a otras regiones de nuestro planeta. Por poner un ejemplo, el territorio Samoa Americana, en Australasia, con unos 200 kilómetros cuadrados (es decir, el tamaño de los municipios de Guanabacoa y el Cotorro) y alrededor de 50 000 habitantes podría establecer un “área de influencia exclusiva” de hasta tres veces la superficie de la República de Cuba.

¿Cuál es el cambio?

Lo estipulado hasta la declaración del 19 de diciembre era que:

La Zona Económica Exclusiva (ZEE) de EE.UU. se extiende a no más de 200 millas náuticas desde la línea de base del mar territorial y es adyacente al mar territorial de 12 millas náuticas de los EE.UU., incluido el Estado Libre Asociado de Puerto Rico, Guam, Samoa Americana y las Islas Vírgenes de los EE.UU., la Commonwealth de las Islas Marianas del Norte y cualquier otro territorio o posesión sobre el cual Estados Unidos ejerza soberanía.

Dentro de la ZEE, Estados Unidos tiene:

  • Derechos soberanos con el fin de explorar, explotar, conservar y gestionar los recursos naturales, vivos y no vivos, del fondo y subsuelo marino y de las aguas suprayacentes y con respecto a otras actividades de explotación y exploración económica de la zona, como la producción de energía del agua, corrientes y vientos;
  • Jurisdicción prevista en las leyes nacionales e internacionales con respecto al establecimiento y uso de islas, instalaciones y estructuras artificiales, la investigación científica marina y la protección y preservación del medio marino;
  • Otros derechos y deberes previstos en las leyes internacionales y nacionales.

Nota: Según ciertas leyes pesqueras de EE.UU., como la Ley de Gestión y Conservación de la Pesca Magnuson-Stevens, el término “zona económica exclusiva” se define como un límite interior que es colindante con el límite hacia el mar (o exterior) de cada una de las zonas costeras. Estados. Si bien su límite exterior es el mismo que el de la ZEE en las cartas de la NOAA, su límite interior es colindante con el límite de los estados costeros a tres millas náuticas , excepto Texas, el oeste de Florida y Puerto Rico, que reclaman un cinturón de nueve millas náuticas”. Tomado de NOAA, 20/01/2023.

Con la declaración del 19 de diciembre, el Departamento de Estado de los EE.UU. cambia estos límites más allá de las 200 millas, e incorpora de forma unilateral más de un millón de kilómetros cuadrados a su área exclusiva. La posición de Cuba al respecto siempre se ha basado en la colaboración internacional racional y científica de los recursos de todo tipo y no, de ninguna manera, con la apropiación unilateral de los mismos.

Inés María Chapman Waugh, vice primera ministra de Cuba, dijo en la Reunión de Alto Nivel Sobre la Aplicación de los Objetivos y Metas Relacionados con el Agua de la Agenda 2030 (plenamente aplicable al conjunto de los recursos naturales): “Debe cesar la manipulación mercantil de los recursos naturales por las grandes transnacionales y propiciarse la creación de fondos y mecanismos financieros para la movilización de recursos tecnológicos con vista al incremento de la cobertura de agua potable, el saneamiento ambiental y el manejo sostenible de ecosistemas, para el bienestar de los pueblos”.

Por su parte, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, manifestó durante la Cumbre del G77 y China: “Esta Cumbre ocurre en momentos en que la humanidad ha alcanzado un potencial científico-técnico inimaginable hace un par de décadas, con una capacidad extraordinaria para generar riqueza y bienestar que, en condiciones de mayor igualdad, equidad y justicia, podría asegurar niveles de vida dignos, confortables y sostenibles para casi todos los pobladores del planeta”. Estas importantísimas metas de la humanidad solo pueden lograrse en condiciones de colaboración internacional y de multilateralismo.

La declaración unilateral del Departamento de Estado de Estados Unidos puede tener un impacto directo con respecto a Cuba. Unos pocos años después de iniciados los estudios, las prospecciones realizadas en varios pozos en la Zona Económica Exclusiva de Cuba en el Golfo de México (ZEEC-GOM) han encontrado potenciales importantes de crudo. Los estudios geológicos efectuados por Cuba calculan la existencia de reservas petroleras equivalentes a 22 000 millones de barriles en aguas ultraprofundas de su Zona Exclusiva, mientras otras estimaciones (entre ellas las del Servicio Geológico de EE.UU.) reducen esa potencialidad a entre 5 000 y 9 000 millones de barriles, cuantía excelente de cualquier manera, que pondría a Cuba en el lugar 23 del mundo por reservas petrolíferas.

El enorme depósito gaseo-petrolífero de aguas ultraprofundas en el Golfo de México, donde existe un acuerdo entre Estados Unidos, México y Cuba, con un gran potencial para la colaboración tripartita, podría convertirse debido a esta acción unilateral de los EE.UU. en otro conflicto más.

Anexo la declaración del Departamento de Estado, en la que el Gobierno de EE.UU. pretender extender sus derechos “exclusivos” por otro millón de kilómetros cuadrados, en lo que se considera una acción para limitar a los Brics de poder acceder a una cuota proporcional de los recursos planetarios.

Hoy, el Departamento publicó las coordenadas geográficas que definen los límites exteriores de la plataforma continental de EE.UU. en áreas más allá de las 200 millas náuticas de la costa, conocida como plataforma continental extendida (ECS). La plataforma continental es la extensión del territorio terrestre de un país bajo el mar. Al igual que otros países, Estados Unidos tiene autoridad según el derecho internacional para conservar y gestionar los recursos y hábitats vitales en y bajo su ECS.

El área del ECS de EE.UU. tiene aproximadamente un millón de kilómetros cuadrados distribuidos en siete regiones. Esta zona marítima contiene muchos recursos (por ejemplo, corales, cangrejos) y hábitats vitales para la vida marina. El Departamento de Estado lideró el esfuerzo ECS a través del Grupo de Trabajo ECS de EE.UU., un organismo interinstitucional del Gobierno de EE.UU. compuesto por 14 agencias.

Para determinar los límites exteriores del ECS se requieren datos sobre la profundidad, la forma y las características geofísicas del fondo marino y el subsuelo. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) y el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) fueron los responsables de recopilar y analizar los datos necesarios. La recopilación de datos comenzó en 2003 y constituye el mayor esfuerzo de mapeo costa afuera jamás realizado por Estados Unidos.

Estados Unidos ha determinado sus límites ECS de conformidad con el derecho internacional consuetudinario, como se refleja en las disposiciones pertinentes de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982 y las Directrices Científicas y Técnicas de la Comisión de Límites de la Plataforma Continental”.

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Esto no se puede admitir por parte de la comunidad internacional. Es un precedente extraordinariamente grave. Debe quedar claro que esta declaración, de ser seguida por otros países, crearía el sobreposicionamiento de áreas “exclusivas”, cuyos recursos caerían en las manos de los más fuertes en recursos económicos y tecnológicos.

¿Cuál sería el área de ECS del Reino Unido alrededor de la Islas Malvinas? ¿O de Ucrania, Rumania, Bulgaria, Turquía, Rusia, Georgia, en el Mar Negro? ¿Cómo se delimitarían las “exclusividades” en el Ártico o la Antártida? ¿Cuál sería el límite entre EE.UU. y Rusia en el estrecho de Bering (82 kilómetros en su parte más estrecha)? ¿Cuál será la próxima “ampliación” de la zona exclusiva de EE.UU. en cualquier lugar del mundo que la Casa Blanca unilateralmente estime conveniente?

Crearía, además, potenciales daños impredecibles del medio ambiente, y dificultaría en grado sumo la colaboración internacional para paliar el efecto del cambio climático, entre otros muchos impactos negativos.

Lo mas peligroso de todo es la unilateralidad de tales acciones por EE.UU. No quiero obviar que siempre cada acto de anexión en la historia ha tenido una “justificación” o pretexto por implausible que este fuera. La Alemania nazi organizó el Anchluss (anexión de Austria) con el argumento de que los austriacos eran germánicos y de lengua alemana. Un año mas tarde, con el pretexto de que la población de Sudetenland era parcialmente de etnia alemana, se provocó el desmembramiento y ulterior anexión de Checoeslovaquia al Tercer Reich, con la traición de las potencias occidentales a ese país en el Pacto de Múnich.

En el mundo de hoy, el tema de los recursos en las regiones marítimas y oceánicas es de crucial importancia para el futuro de la humanidad.

(Con información de Cubadebate)

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