El maestro es el gran innovador del sistema educativo cubano

Dentro de todos los campos de investigación, la orientada a los procesos educativos, de aprendizaje y de formación de valores, es una de las más importantes y por eso se le debe conceder prioridad en el país. Desde esa reflexión, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, convocó a directivos, científicos y expertos del sistema de Educación a lograr que el maestro y el profesor sean innovadores desde su accionar cotidiano.

En el Ministerio de Educación —reconoció—existen una historia y un sistema de trabajo para la innovación, que se pueden seguir perfeccionando a partir de las propias ideas que desde el sector se desarrollan y conocen.

A su vez, dijo, el actual contexto nos impone desafíos muy exigentes, que demandan de investigación científica e innovación para solucionar problemas que hoy tenemos en el proceso docente-educativo y en el enfrentamiento a factores externos dentro de la sociedad, que influyen en los estudiantes.

En tal sentido, destacó dos fenómenos que están exigiendo de investigaciones por la repercusión que han tenido en el momento actual. Uno de ellos, enumeró, es la COVID-19, que nos golpeó la educación.

Primero —explicó— ralentizó los procesos educativos; fracturó un poco la relación de influencia de la escuela en los estudiantes; detuvo el aprendizaje; y ha traído consecuencias sicológicas y de comportamiento en varios niños, adolescentes y jóvenes.

De todo esto, consideró, tenemos que hacer investigaciones, para conocer el impacto que nos dejó la COVID-19 y saber cómo actuamos ante otro fenómeno similar. La enseñanza a distancia, ejemplificó, es una manera para enfrentar situaciones como esa, pero combinándola más con una mayor presencia en las aulas. En lo inmediato, con la reanimación del curso, valoró, tenemos que concentrarnos en ir recuperando el tiempo perdido en las aulas, sobre todo en el aprendizaje de los estudiantes, sin perder calidad.

El otro hecho que está impactando en la actualidad en nuestros estudiantes son las redes sociales, subrayó. Internet tiene que ser una herramienta para tener cultura, para elevar la información, para que sea emancipadora, y hoy lo que existe más que redes sociales, son redes digitales casi antisociales, porque lo que hay es un andamiaje de odio, de vulgaridad, de banalidad, que está influyendo en los muchachos, valoró.

Este es un reto importante —consideró— que tenemos que abordar desde la investigación y también desde la sicología; que tiene que ser interdisciplinario, teniendo en cuenta a la pedagogía, a la sicología y a la comunicación social.

Asociado a ello, señaló, está el desempeño de los maestros y los profesores. En tal sentido, consideró de vital importancia la categorización de los maestros: una categorización integral del desempeño, que ayudará a reconocer al que lo hace mejor, al que lo hace con maestría pedagógica, del que no.

Desde esa perspectiva, la ministra de Educación, Ena Elsa Velázquez Cobiella, tras presentar las principales líneas de acción asociadas a las actividades de ciencia e innovación, aseguró que es un camino en el que se deberá continuar potenciando la renovación de sus formas de hacer, fortaleciendo la atención a la formación académica, el desarrollo de proyectos institucionales, la socialización de los resultados y el sistema de reconocimiento para el logro exitoso del cumplimiento de la misión educacional.

«Este es un trabajo que tenemos que seguir perfeccionando y en el cual tenemos que seguir preparándonos para tener más éxitos. Hay una obra hecha y otra que está por hacer, pero estamos empeñados en que esto se haga bien», aseguró.

Apuntes para el accionar en las aulas

El diálogo estuvo encaminado también hacia temas de vital trascendencia para la Educación cubana como el desarrollo y la preparación de doctores en Ciencias de la Educación, desde lo cual se puede contribuir a la formación doctoral en otras áreas del conocimiento; y la urgencia de potenciar a nivel de territorio esa formación doctoral y vincularla a las investigaciones de la Universidad.

Entre las muchas fortalezas de estos vínculos, Ondina León Díaz, directora general de Investigación y Postgrado del Ministerio de Educación Superior, destacó la manera en que se ha asumido a las propias escuelas, y no a la Universidad, como el escenario de formación doctoral; es ahí donde hacen sus proyectos, sus investigaciones, y eso le da una gran fortaleza al sistema educacional.

El reto es extraordinario —reconoció el ministro de Educación Superior, José Ramón Saborido Loidi— porque para obtener los resultados que necesitamos es vital que las acciones que se llevan a cabo impacten de manera positiva en la calidad de los procesos educativos en la base. Asociado a ello destacó la importancia de que los temas que se escojan desde el Ministerio de Educación para la preparación de los recursos humanos y la ciencia, también se vinculen a las ciencias específicas que se desarrollan y que las personas se preparen, no solamente en la pedagogía, además para elevar la calidad de los estudiantes.

«El recurso humano es esencial si nosotros queremos lograr que allá, donde se forman ese niño y ese joven, se obtenga un resultado de valores de todo tipo que impacte en el proceso», valoró.

Desde la responsabilidad que tiene el Instituto Central de Ciencias Pedagógicas, como centro autorizado para la formación de postgrados en el país, su directora Silvia Navarro Quintero enfatizó en que es «el aula el escenario, el laboratorio natural, para la gestión de los proyectos, y el gran innovador del sistema educativo cubano, es el maestro, porque en la manera en que él planifique su proceso de enseñanza y aprendizaje, en que contextualice, identifique cómo trabajar las herramientas pedagógicas para accionar de manera diferenciada con la heterogeneidad de sus alumnos, está la principal innovación».

Nuestra responsabilidad —dijo— es preparar a los docentes y directivos con las herramientas para ello.

El escenario que hoy estamos viviendo con las acciones en los barrios, abundó, nos va dando las pautas de hacia dónde encaminar esa pedagogía que estamos recontextualizando desde nuestro proyecto y de conjunto con los municipios.

Al respecto, Gustavo Deler Ferrera, presidente de la Asociación de Pedagogos de La Habana, enfatizó en la urgencia de no perder de vista «el papel que tienen el consejo popular; la escuela, enmarcada en un consejo popular; el barrio; y la comunidad». Hoy estamos dando un nuevo significado al valor que tiene la pedagogía social, la pedagogía comunitaria, dijo, al tiempo que reconoció que la idea de que el Ministerio entre a un consejo popular con proyectos de desarrollo local constituye un reto del cual quedan aprendizajes significativos.

Sobre esa misma línea de pensamiento, el Presidente de la República insistió en la trascendencia de no perder de vista —dentro de los conceptos de desarrollo territorial y el perfeccionamiento—, que la escuela se convierte en el centro de la comunidad.

Entre los muchos retos que eso entraña, definió la importancia de prever cómo articulamos todo con los municipios y cómo formamos a las autoridades de Gobierno —incluyendo a las autoridades territoriales—, en materia educativa, para que sepan gestionar los conceptos de ciencia e innovación en la escuela, que es donde vamos a ganar la batalla.

Ahora tenemos que ser capaces —enfatizó— de socializar, generalizar y evaluar los impactos de las investigaciones que se están desarrollando en cada territorio. Todo eso va a dar mucho en la transformación que queremos hacer a nivel comunitario, en los barrios, en la pedagogía comunitaria, en la educación popular, en lo cual están haciendo varios agentes, que no son esencialmente del sistema educacional, y lo están haciendo bien.

 

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