Exhorta OMS a un mejor conocimiento sobre el funcionamiento de la tiroides
El Día Mundial de la Tiroides es celebrado con un llamado a que las personas conozcan más de la enfermedad, prevención, trastornos y tratamientos. De acuerdo con la literatura médica, la tiroides es una glándula endocrina ubicada debajo de la laringe, que tiene como función principal producir las hormonas tiroideas T3 y T4.
Estas hormonas son sustancias químicas que circulan a otras partes del cuerpo a través del torrente sanguíneo, siendo indispensables para el normal funcionamiento del organismo.
La alteración de dichas hormonas genera síntomas, que pueden confundirse con el diagnóstico de otras enfermedades de origen psiquiátrico, cardiológico y gastroenterológico.
Están relacionadas con el crecimiento y la regulación de los procesos metabólicos, tales como la temperatura corporal, frecuencia cardíaca y el consumo de energía del organismo e incide en la regulación del sueño, el apetito y el carácter.
Su funcionamiento inadecuado genera las siguientes patologías, hipotiroidismo, hipertiroidismo, nódulo único sólido o quístico, bocio multinodular, tiroiditis y cáncer de tiroides, además de distintos tipos de carcinomas o tumores malignos.
Entre los síntomas están dolor de garganta, hinchazón en el cuello, aumento de la sensibilidad al frío, debilidad muscular, ronquera, infertilidad femenina, cambios en la piel, cabello y las uñas.
Según la Asociación Americana de Tiroides, las mujeres tienen hasta ocho veces más probabilidades de padecer los trastornos que los hombres.
Las mujeres son más propensas a desarrollar hipotiroidismo: las mujeres y no deben dudar en realizarse exámenes de detección oportuna.
Los síntomas inespecíficos se diagnostican con una sencilla prueba: a menudo, síntomas como fatiga, depresión, falta de concentración o fallas en la memoria, aumento de peso reciente e inexplicado, estreñimiento, piel seca, intolerancia al frío y letargo, al igual que cambios en la fluidez verbal y disminución en la capacidad de planeación y ejecución, calambres musculares y párpados hinchados son ignorados en medio de los afanes la vida cotidiana. Ante la no mejoría es esencial hacerse la prueba, en lugar de esperar a que persistan varios de estos.
Las posibles consecuencias de los trastornos de la tiroides incluyen más que la caída del cabello y las fluctuaciones de peso. Si no se tratan, pueden provocar desde niveles elevados de colesterol y depresión hasta ciclos menstruales irregulares y un mayor riesgo de infertilidad o síndrome de ovario poliquístico (SOP). Además, pueden amplificar o empeorar los síntomas de la menopausia y, en los casos más graves, derivar en complicaciones cardiovasculares.
La Organización Mundial de la Salud estima que aproximadamente unas 750 millones de personas padece de alguna patología tiroidea, de las cuales un 60 por ciento lo desconoce.
(Con información de PL y el Universal.com)