La fuerza de un pueblo en pie, por la seguridad y la defensa de todos

En medio de las duras batallas que libraba el pueblo cubano junto a su Gobierno, en defensa de la joven Revolución, se creó el Ministerio del Interior (Minint), el 6 de junio de 1961, con la firma de la Ley No. 940.

Herederos de la inteligencia mambisa, y de los que, desde la lucha insurreccional en las montañas y en el llano, enfrentaron los intentos de penetración de la CIA y de los órganos de inteligencia de la dictadura de Fulgencio Batista, se fraguaron en una sola fuerza el Servicio de Inteligencia Rebelde (SIR), el Departamento de Inteligencia del Ejército Rebelde (DIER) y la Policía Rebelde, los cuales, con la participación activa y consciente del pueblo, asestaron los primeros golpes al enemigo durante aquellos años extraordinarios en que la nación se levantaba para hacer realidad los sueños de José Martí.

Desde el primer día, el Minint tuvo que hacer frente a la política agresiva de Estados Unidos en su guerra no declarada contra Cuba, sin más recursos que los aprendidos en la lucha clandestina, con la audacia y el valor a toda prueba de sus hombres y mujeres, y el apoyo incondicional del pueblo.

El enemigo no daba tregua y, contra su acechanza, hubo que actuar, muchas veces a cara descubierta y pecho desnudo, pero otras desde la penetración anónima, en complejas y riesgosas misiones para sus ejecutantes, cabales soldados que hicieron fracasar miles de planes de ataques a la Revolución, al pueblo y a sus líderes, entre los cuales se cuentan los más de 630 intentos de atentados dirigidos al Comandante en Jefe Fidel Castro.

La Patria honra, con el mismo orgullo, a los jóvenes integrantes del batallón de la Policía Nacional Revolucionaria, heroico en Playa Girón; a los hombres y mujeres sin rostro que murieron y soportaron cruentas torturas sin revelar su verdadera identidad; a los combatientes internacionalistas que derramaron su sangre por la libertad de otros pueblos; a los policías caídos en servicio; a los custodios de nuestras embajadas, víctimas del terrorismo de Estado; a los que hoy, en silencio, dan batalla en las entrañas del enemigo.

Durante los dos últimos años, en intensas y prolongadas jornadas junto a nuestro pueblo, en medio del recrudecimiento del bloqueo y la hostilidad del Gobierno de EE. UU., las fuerzas del Minint contribuyen a hacer efectivas las medidas del Gobierno para contener y prevenir la COVID-19; sin descuidar una sola de las tareas cotidianas en la salvaguarda de la tranquilidad ciudadana, en la garantía del orden interior, y en la invulnerabilidad de nuestras fronteras nacionales.

Pocas instituciones similares en el mundo recaban la admiración y el cariño de la mayoría del pueblo al que resguardan. Tal sentimiento es resultado de la altura moral, la estirpe revolucionaria, la ética y la probidad sostenida ejemplarmente por sus integrantes, a lo largo de las seis décadas en que han sido escudo del país.

 

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