Reconoce la Unesco liderazgo de Cuba en cooperación científica
La integración del sistema cubano de Salud Pública con el desarrollo de las investigaciones y producciones biotecnológicas en la Isla, no solo para dar respuesta a los problemas nacionales, sino con un enfoque proactivamente colaborativo hacia la región y el mundo, avaló las consideraciones recientes de un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), que exaltó a la Mayor de las Antillas como líder en cooperación científica.
«Cuba es uno de los países con mayor trayectoria en diplomacia científica y médica de la región, basada en una avanzada industria biotecnológica y un robusto sistema de Salud», subraya el informe presentado en el marco de las celebraciones por el Día Mundial de la Ciencia para el Desarrollo, informó Cubaminrex.
Argumenta que «desde 1963 el país ha enviado más de 400 000 profesionales médicos en 164 misiones a países de África, América, Oriente Medio y Asia, además de prestar ayuda humanitaria en casos de catástrofes, emergencias y epidemias como el ébola y más recientemente la COVID-19».
El reporte también mencionó la participación de Cuba en proyectos de cooperación Sur-Sur en campos como la Salud, la Educación y la Agricultura, y contribuye a formar recursos humanos en América Latina y el Caribe, a través de escuelas internacionales en diversas disciplinas, desde la Salud Pública hasta la resiliencia climática.
El informe fue dado a conocer durante el Foro Abierto de Ciencias de América Latina y el Caribe, concebido como un espacio vivo de reflexión e interacción con las problemáticas propias de la gestión de la ciencia, la tecnología y la innovación, que contribuya a la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en la región.
La nota de Cubaminrex resalta que, en un contexto globalizado donde la coordinación entre las esferas de la ciencia y las relaciones exteriores constituye factor clave para dar respuesta a los desafíos de la humanidad, la Unesco emplea el ejemplo de Cuba como referente y convocatoria a la región de América Latina y el Caribe, para fortalecer la diplomacia científica como una oportunidad que permita adoptar estrategias innovadoras en la colaboración entre los países.