Comercio electrónico, ni tan avanzado ni tan en ciernes

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La calle Enramadas, en el tramo comprendido entre la Plaza de Marte y La Alameda, ha sido denominada como un corredor patrimonial, pero, de hecho, es el verdadero corredor comercial de la densamente poblada ciudad de Santiago de Cuba. Pregones, comercios, bancos, casas de cambio, restaurantes, cafeterías; todas las formas de gestión de la economía están presentes, y también las variantes que se alejan de la legalidad para adquirir bienes y servicios.

El diario cubano Granma recorrió la arteria para constatar, in situ, cómo se desarrolla el proceso de bancarización. También fue hasta otros municipios de la provincia santiaguera, en la que están activadas alrededor de medio millón de líneas móviles, y donde 250 000 personas tienen instalada, y emplean con frecuencia, la aplicación de Transfermóvil, una de las pasarelas de pago –junto con EnZona– para avanzar en esta cuestión estratégica.

¿EFECTIVO O VIRTUAL?

Henry Reyes Rodríguez se llegó hasta la Chocolatería Fraternidad, en la céntrica Plaza de Marte, para «cobrar mi jubilación de 2 700 pesos, porque en los cajeros hay mucha gente pero poco dinero, y desde que supe del servicio de caja extra que aquí se ofrece, este local se ha convertido en mi “cajero automático”».

En el transcurso de la jornada «se habían extraído 42 500 pesos a través de la plataforma EnZona, cuestión que se puede verificar en nuestro estado de cuenta y en el libro en el que cada persona suscribe su extracción y obtiene una clave», aseguró a Granma Dorcas Martínez Carrillo, económica de esta unidad perfeccionada, que «tiene una tienda virtual y su código QR para que el cliente elija entre el pago en efectivo o el electrónico». Mientras, el joven Jorge Enrique Palancar adquiría, utilizando el mencionado QR, unas figuras de chocolate y helado artesanal.

De acuerdo con Yunileidi Galarza Rodríguez, dependienta aquí, «son muchos los que vienen solo para la caja extra, que funciona desde 2022; nuestra Empresa Comercial Compay Tiago avanza en ese sentido».

Sin embargo, en el contiguo café Mamá Inés se promociona en la tablilla: «Escanee nuestro código QR para el pago electrónico», y la realidad es que «está de adorno, porque no funciona; estamos en espera de que se active», afirmó una camarera mientras expendía un café endulzado con miel, que cuesta 20 pesos.

«Todavía muchos insisten en poseer el efectivo, porque la costumbre se impone», advirtió una de las dependientas de la Tienda Yara, de la Empresa de Productos Industriales, donde el QR solo es aplicable a «las mercancías de la empresa, porque como casa comisionista que también somos, los que convenian con nosotros la venta de artículos de su propiedad deben recibir la cuantía de manera tangible».

Aunque el calor abraza, una cola abundante está a las puertas del local en el que Ernesto Isaac Casals, artesano y trabajador por cuenta propia (TCP), comercializa zapatos, cintos, carteras y mochilas «concebidos para ser adquiridos por personas con ingresos medios; por ejemplo, las sandalias oscilan entre 250 y 1 500 pesos, y así todo lo que se expende puede ser negociado a partir de los costes; y con buena aceptación, desde que comenzamos en 2018, Transfermóvil ha sido la variante de pago más expedita».

Lourdes Gutiérrez, una jubilada a la que le encantaron las carteras, se desanimó porque no había podido cobrar su chequera, y tampoco tiene los medios para adquirir un teléfono inteligente en el que pueda insertarse «mejor en todo esto de la bancarización, porque sí tengo una tarjeta magnética, pero son pocos los lugares en los que puedo utilizarla».

Como todo proceso, algunas manifestaciones de ambigüedad y la morosidad se convierten en no pocas excepciones de lo que se constituye en regla. Así acontece en la florería Yarima, perteneciente a la unidad presupuestada de Servicios Comunales, en la que hay varios locales arrendados a TCP y mipymes. Paradójicamente, las formas de gestión no estatal están abiertas a cualquier forma de pago, pero la opción estatal, según Valentina Sarmiento –administradora de la Florería–, «solo acepta efectivo y, por el momento, la explicación que les damos a los clientes es que hay que esperar».

En La Casa de las Mascotas, en la que se venden animales domésticos y alimentos, «desde hace algunos años nos pueden pagar en efectivo o en moneda virtual, incluso combinando ambas opciones; además por las redes sociales y otras facilidades digitales», especificó Lianne Miranda, una de los TCP que gestionan el vetusto edificio ubicado a mitad de recorrido en la calle Enramadas.

En el Centro Multiservicios Enramadas, de la empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa), «todo se puede pagar a través de las plataformas digitales desde hace varios años», confirmó la cliente Damaris Reyes.

A tenor de lo anterior, Leandro Fidalgo Busquets, jefe del Departamento Comercial de la División Territorial de Etecsa en Santiago de Cuba, reseñó que entre los principales servicios que solicitan los clientes en la APK se encuentran la transferencia entre personas, la recarga móvil y de las cuentas de navegación internacional, el pago de la factura telefónica, de la electricidad, del agua y las multas.

POR UN COMERCIO EFICIENTE Y MODERNO

Luciano Manso, como padre de familia, acude todos los días a la panadería y a la bodega que le  corresponden en la ciudad de Palma Soriano. «Solamente en la bodega La Palmera hay un qr, en la panadería no, tampoco en la carnicería. Creo que, aunque no son grandes sumas las que hay que abonar en la red por la canasta familiar normada, sí deben estar en consonancia con la modernización que se ejecuta en el país». Algo similar opina Javier Labrada, vecino de Cruce de los Baños, en Tercer Frente

El Grupo Empresarial de Comercio Interior (GECI) en la provincia no está ajeno a esta realidad, «y por eso el objetivo es que en los 1 956 establecimientos del comercio, la gastronomía y los servicios que hay en toda Santiago de Cuba, el pueblo pueda recibir, primero, la orientación adecuada y la atención correspondiente; ya 1 592 tienen la cobertura para hacerlo, y el 97 % el código QR», declaró Eleticia Morales Salazar, directora adjunta del Grupo.

Las bodegas, fundamentales en la entrega de la canasta familiar normada y otros productos regulados, suman 1 148; 800 tienen el qr y 106 ya operan con Transfermóvil, independientemente de «que la contratación para incorporar el resto de los establecimientos marcha a buen ritmo, al tiempo que en los mercados ideales, industriales y puntos de venta de materiales de la construcción (que desde hace varios años tienen sus respectivos pos para tarjetas magnéticas) se crean las condiciones», reconoció Morales Salazar.

Las 55 unidades del Sistema de Alojamiento tienen, indistintamente, las plataformas EnZona y Transformóvil, y las 285 unidades empresariales de base perfeccionadas de la gastronomía, desde que se constituyeron, están insertadas en las formas de pago y comercio electrónicos.

No obstante, en los servicios personales y del hogar, de 56 establecimientos, solamente 14 cuentan con esa opción; resulta exigua la existencia de siete tiendas virtuales. «En el municipio cabecera, 44 bodegas tienen todas las prestaciones de EnZona y el servicio de caja extra; totalizan 76 establecimientos con Transfermóvil (58 bodegas, 16 carnicerías y dos mercados ideales) y se concilia con el banco para que también se conviertan en cajas extra», detalló la Directora Adjunta del GECI.

El sector de la Gastronomía cuenta con 17 unidades con EnZona –de las que siete también operan con Transfermóvil–; con resultados positivos inciden los restaurantes Jimbambay (Segundo Frente) y El Cafetal (Songo-La Maya), «todos tienen la caja extra y la recaudación, de manera general, aumenta en comparación con el año anterior», concluyó.

En todos los puntos de venta de gas licuado se puede pagar a través de las vías electrónicas y, conforme con los ingresos, realizar la extracción de efectivo.

(Con información de Granma)

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