Firme y veraz, Cuba volverá al estrado de la ONU

De todas las palabras que, por años, Cuba se paró a decir al mundo en el estrado de las Naciones Unidas, ni una sola jamás ha sido traicionada.

La primera vez que la Revolución habló allí, con un año de vida en el poder y en la voz viril del joven líder, fijó, antes que todo, la posición que ha mantenido firme: «Estamos, en fin, con todas las nobles aspiraciones de todos los pueblos. Esa es nuestra posición. Con todo lo justo estamos y estaremos siempre. Contra el coloniaje, contra la explotación, contra los monopolios, contra el militarismo, contra la carrera armamentista, contra el juego a la guerra, contra eso estaremos siempre».

Con Fidel primero, con Raúl después, con sus ejemplares cuerpos diplomáticos, Cuba pasó a ser entonces, asamblea tras asamblea, la voz esperada que, en la más clara verdad y contundencia, sentían los pueblos que hablaba también por ellos: del concurso global para erradicar el hambre, de la cruzada urgente para promover la paz, prodigar la salud, condenar todo lo unilateral, hacer votos por el respeto íntegro a los derechos humanos, poner un inaplazable freno a la masacre ambiental…

Ahora, cuando la Organización de las Naciones Unidas cumple 75 años, más que velas para celebrarse, tiene el reto mayúsculo de una pandemia colosal que asola al mundo, de la cual se librará mientras más rápido ponga a los países en la cuerda unánime de la colaboración y la solidaridad.

A eso irá Cuba otra vez a la Asamblea General, en esta ocasión virtual, a clamar por una solidaridad que no solo predica, sino que practica ejemplarmente, ahora mismo, en decenas de naciones, con esos médicos suyos que van salvando vidas, mientras exponen la propia. Así se oirá, en la mañana del 22 de septiembre, la voz del Presidente de la República nuestra, Miguel Díaz-Canel Bermúdez; el séptimo en pronunciarse, ante un cónclave que prevé reunir más de 170 jefes de Estado y de Gobiernos.

Fiel a aquella posición que Fidel delineó como principio en el concierto de la ONU, la palabra de Cuba volverá a repetirse, y vibrará, franca y justa, en cada evento previsto, como el de alto nivel para conmemorar el aniversario 75 de la organización, el 25 de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, el Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares, y la Cumbre sobre Biodiversidad.

En todos confirmará su alineación histórica con el multilateralismo, con la soberanía de los países, con la igualdad de condiciones en la solución de los problemas globales, con el progreso social, con el respeto absoluto a la legítima letra de la Carta de las Naciones Unidas; en fin, con todo cuanto tribute –como en 2015 expresara, en el propio estrado, el General de Ejército Raúl Castro Ruz– al «establecimiento de un orden internacional más justo y equitativo, en cuyo centro se ubique, realmente, el ser humano, su dignidad y bienestar».

 

 

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