Lo que tribute al desarrollo económico no se paraliza
Más que una necesidad, resulta un imperativo para la economía del país el crecimiento en volúmenes de la producción de azúcar exportable, en momentos en que sus ventajosos precios en el mercado mundial pueden aliviar la tensa situación financiera derivada de la pandemia de la COVID-19.
Así lo valoró el vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa, al encabezar en Santiago de Cuba un análisis sobre el sector agroindustrial y las principales inversiones destinadas a elevar la producción de alimentos en el territorio, durante el cual trascendió que los azucareros locales deben revertir la cadena de incumplimientos que el pasado año fue la causa de apenas llegar al 50 % del monto fijado en la producción. Si bien en esa campaña intervinieron los centrales Julio Antonio Mella, Dos Ríos y Paquito Rosales, ahora solo se alistan los dos primeros, de ahí que, aun en medio de dificultades de recursos, se impone una mayor calidad en las reparaciones, el concurso de los innovadores y la aplicación de la ciencia y la técnica, que permita eficiencia fabril para el mejor empleo de la caña disponible.
Como complemento a la estrategia trazada, Valdés Mesa precisó que con las tierras, maquinarias y demás insumos del sector, fuera de zafra debe intensificarse la obtención de alimentos mediante la siembra de cultivos varios y la crianza de cerdos y de otros animales, que permitan satisfacer la demanda del ramo y ayudar con ofertas a la población a bajar los precios del agro.
El también miembro del Buró Político, acompañado por el viceprimer ministro Jorge Luis Tapia Fonseca, inició un recorrido por las inversiones en la planta de beneficios de granos que, a un costo total de 6,5 millones de pesos, tiene prevista su puesta en marcha a finales de septiembre, en el municipio de Contramaestre.
La moderna instalación, diseñada para asumir las producciones de maíz y frijoles que asume hoy la provincia, podrá procesar diariamente 120 toneladas y almacenar 2 000 en sus silos.
Incluida entre las industrias de alto impacto en la economía nacional, el siguiente lugar visitado fue, en Palma Soriano, la planta de bioproductos más moderna y de mayor volumen productivo en la Isla, de cara a fortalecer los cultivos de caña de azúcar, tabaco, arroz y café.
Valorada en más de 15 millones de pesos, Valdés Mesa reiteró la calidad que debe imperar en ella, a fin de sustituir las millonarias importaciones de componentes destinados al combate de los hongos, la fertilización y el crecimiento y rendimientos en las plantas, y que permita a la vez poder exportar.
El periplo concluyó en la moderna fábrica de pienso, concebida para entregar entre 500 y 600 toneladas por turno de 12 horas, y elaborar más de diez tipos de alimentos para aves, ganado mayor y menor, y la acuicultura.
El Vicepresidente cubano subrayó la importancia de agilizar tales inversiones, pues a pesar de la máxima atención dedicada al enfrentamiento a la COVID-19, no se paraliza lo que tribute al desarrollo económico, especialmente las nuevas obras dedicadas a la producción de alimentos para la población.